Entre viñedos y cacao: las nuevas rutas del sabor en México

En México, viajar ya no solo significa conocer paisajes o monumentos; también es una experiencia para el paladar. En los últimos años, han surgido rutas gourmet que combinan tradición, cultura y naturaleza, invitando a recorrer viñedos, plantaciones de cacao y experiencias culinarias locales que despiertan todos los sentidos.

Enoturismo: vinos que cuentan historias
Desde Baja California hasta Querétaro, los viñedos mexicanos ofrecen mucho más que un buen vino. Cada botella refleja el clima, la tierra y la dedicación de familias que han cultivado estas tierras durante generaciones.

Las visitas incluyen catas guiadas, recorridos por los viñedos y experiencias gourmet acompañadas de quesos artesanales, pan recién horneado y música en vivo. Es un turismo que permite saborear la historia y el esfuerzo de cada cosecha, fomentando la economía local y el turismo consciente.

Rutas del cacao: tradición y creatividad
En estados como Chiapas, Oaxaca y Tabasco, el cacao es un tesoro que va más allá del chocolate. Las rutas del cacao invitan a los viajeros a conocer desde la semilla hasta la barra, aprender sobre su cultivo y participar en talleres de elaboración artesanal.

Los chocolates locales se maridan con vinos, cafés o licores regionales, creando experiencias sensoriales únicas que combinan sabor, cultura y aprendizaje. Cada bocado es un viaje al corazón del sur de México, donde la tradición y la innovación se encuentran.

 Experiencias gourmet que enamoran
Más allá de los viñedos y el cacao, estas rutas ofrecen gastronomía regional, cenas temáticas, picnic entre los cafetales y talleres interactivos. Cada actividad está diseñada para que el turista viva la cultura y el sabor de México de forma sostenible y responsable, apoyando a productores locales y respetando los ecosistemas.

 Turismo responsable: el verdadero lujo
El verdadero atractivo de estas rutas no está solo en el sabor, sino en la conexión con la tierra y las comunidades que las mantienen vivas. Viajar con conciencia, disfrutar de cada aroma y cada textura, y apoyar la producción local es la forma más auténtica de experimentar México.