Día de Muertos: qué sí y qué no hacer al visitar un panteón este 1 y 2 de noviembre

Por Redacción | La Fuente Noticiosa

El Día de Muertos es mucho más que una fecha en el calendario: es una de las tradiciones más profundas y emblemáticas de México, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Cada 1 y 2 de noviembre, miles de familias acuden a los panteones para rendir homenaje a quienes ya partieron, decorando las tumbas con flores, velas, música y comida.

Sin embargo, esta celebración que mezcla la nostalgia con la alegría también requiere respeto y conciencia. Los cementerios son espacios de memoria colectiva, por lo que es importante saber qué sí y qué no hacer al visitarlos durante estas fechas.

 
 Qué sí puedes llevar al panteón
Durante el Día de Muertos, los panteones se llenan de color, aroma y vida. Las familias decoran las tumbas con elementos que simbolizan el reencuentro entre el mundo de los vivos y el de los muertos.

Flores de cempasúchil: Su color y aroma guían a las almas hacia su altar. Son el símbolo más representativo de esta tradición.
Velas o veladoras: Iluminan el camino de regreso de los difuntos al mundo terrenal.
Comida tradicional: Pan de muerto, tamales o los platillos favoritos de quien se recuerda. Compartir el alimento es parte del homenaje.
Copal o incienso: Se utilizan para purificar el ambiente y elevar oraciones.
Objetos personales o fotografías: Reflejan la esencia y los recuerdos del ser querido.

Estos elementos, más allá del adorno, son ofrendas simbólicas que hablan del amor, el recuerdo y la continuidad entre generaciones.

 
Qué no hacer al visitar un panteón
Aunque el ambiente suele ser festivo, es importante no olvidar que los panteones son lugares de respeto y reflexión. Aquí algunas recomendaciones básicas para mantener la armonía:

No camines sobre las tumbas. Usa los pasillos y evita pisar las lápidas; cada tumba representa una historia y un descanso eterno.
Evita comer o beber dentro del cementerio. Si llevas comida, recoge toda tu basura antes de irte.
No consumas alcohol ni drogas. Recuerda que muchas familias, incluidos niños y adultos mayores, visitan estos lugares.
Respeta lo ajeno. No tomes flores, velas o adornos de otras tumbas. Cada ofrenda tiene un significado personal.
Evita los floreros con agua estancada. Pueden convertirse en criaderos de mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue.
Cuida las tumbas vecinas. No muevas objetos ni dañes arreglos; el respeto compartido mantiene viva la tradición.
Protégete del clima. Usa sombrero, paraguas o protector solar según la hora y las condiciones del día.

 
Un homenaje entre música y memoria
Los panteones en estas fechas se transforman en auténticos espacios de convivencia: familias enteras decoran, rezan, cantan y cuentan anécdotas de quienes se adelantaron en el camino. La música de los mariachis, las luces de las velas y el aroma del cempasúchil crean una atmósfera única, donde la muerte no se llora, se celebra.

En cada tumba, una historia. En cada flor, un recuerdo. En cada vela, una promesa: que el amor trasciende el tiempo y que, al recordarlos, los nuestros nunca se van del todo.

 
Fuentes: Secretaría de Cultura, Gobierno de México, UNESCO, Infobae