La felicidad también se cultiva: beneficios de tener plantas en casa o en la oficina

Sociedad, Bienestar y Comunidad14 de octubre de 2025La Fuente NoticiasLa Fuente Noticias
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En un mundo acelerado, donde las pantallas dominan nuestra rutina y el estrés parece formar parte del día a día, las plantas se han convertido en mucho más que simples elementos decorativos. Cada hoja, cada brote y cada flor son una invitación a detenernos, respirar y reconectar con lo esencial: la naturaleza y nuestro propio bienestar emocional.

Naturaleza que sana
Tener plantas en casa o en la oficina no solo embellece los espacios; también transforma la energía y mejora la salud emocional. Así lo afirma la terapeuta en biodescodificación Laura Méndez, quien asegura que “las plantas funcionan como un espejo emocional: reflejan nuestro estado interior. Cuidarlas es una forma simbólica de cuidarnos a nosotros mismos”.

Estudios recientes demuestran que convivir con plantas de interior reduce los niveles de ansiedad, mejora la concentración y promueve una sensación de calma. La simple presencia del color verde está asociada con la relajación mental y la recuperación del equilibrio emocional.

Un toque verde que impulsa la productividad
En entornos laborales, la arquitectura verde se ha convertido en una tendencia en crecimiento. Espacios llenos de plantas no solo resultan más agradables visualmente, sino que también aumentan la productividad hasta en un 15 %, según datos de la Universidad de Exeter, en Reino Unido.

El arquitecto sustentable Daniel Carreón, especialista en diseño bioclimático, comenta: “Cuando el entorno se siente vivo, las personas se sienten más motivadas. Incorporar plantas en oficinas no es solo estética; es una estrategia de bienestar organizacional.”

Las plantas purifican el aire, regulan la humedad y reducen el ruido ambiental, creando ambientes más saludables y estimulantes.

Pequeños pasos hacia un gran bienestar
Incorporar plantas de interior es una forma sencilla de comenzar a cultivar felicidad. Aquí algunos consejos para empezar:
Elige especies de bajo mantenimiento como sansevierias, pothos o suculentas.
 Colócalas cerca de la luz natural, pero evita la exposición directa al sol.
Establece una rutina de riego y cuidado: dedicar tiempo a ellas te conecta con el presente.
Personaliza tu rincón verde con macetas de colores o materiales naturales.

 Cuidar plantas, cuidar el alma
Las plantas nos enseñan sobre paciencia, constancia y renovación. Observar cómo crecen nos recuerda que todo proceso lleva tiempo y que la vida florece cuando se le brinda atención y amor.

En palabras de la terapeuta Méndez: “Cada planta es una metáfora del alma humana. Si la nutres, crece; si la descuidas, se marchita. Pero siempre puede volver a brotar.”

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